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Reseña del libro "Colección Arqueológica de Morona Santiago del Museo Amazónico de la UPS" PDF Print E-mail
Publications and issues
Written by Francisco Valdez   
Monday, 05 November 2007 18:40
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Colección Arqueológica de Morona Santiago del Museo Amazónico de la Universidad Politécnica Salesiana. Una introducción a la Amazonía Ecuatoriana Prehispánica.
Geoffroy de Saulieu y Lino Rampón Zardo. Ediciones Abya-Yala, 2006, 115 p.



En el desierto vacío de las publicaciones sobre la arqueología de la Amazonía ecuatoriana ha brotado una espiga de esperanza. Esperanza de que una vez florecida bote semillas y se reproduzca. Rompiendo con la metáfora, la esperanza es que esta iniciativa sea imitada por otros colegas y que pronto contemos con un jardín florido de No me olvides.

Geoffroy de Saulieu y Lino Rampón Zardo ponen en manos de un público amplio una obra de valor incalculable, no sólo por su contenido, sino sobretodo por el ejemplo que dan al publicar informaciones sobre los objetos de un pasado reciente, y a la vez muy antiguo, de la región del alto Amazonas. El catálogo de la colección del Museo Amazónico de la Universidad Politécnica Salesiana sirve de pretexto para tratar de dar un contexto histórico a una serie de objetos cerámicos y líticos provenientes de Morona Santiago. Para ello, de Saulieu comienza haciendo un lúcido resumen de lo que ha sido la investigación arqueológica en la región oriental del Ecuador. La síntesis comienza recordando la antítesis que se hace presente desde los trabajos pioneros de Evans y Meggers (1968), cuando subraya que para estos autores la Amazonía siempre fue una zona periférica al desarrollo de las civilizaciones andinas. Con Porras la visión cambia y se identifica en el oriente un proceso cultural muy antiguo que va de la mano con el desarrollo de la costa y de la sierra. En esto coincide con Lathrap, quien aboga por un origen amazónico de la cultura andina. La presentación hace una breve revisión del contexto en que se han realizado los trabajos en los últimos 20 años y concluye con un panorama de los trabajos recientes. La introducción presenta además una revisión temática del contexto geográfico de la alta amazonía y hace una exposición de las teorías medio ambientalistas de la conformación de los paisajes naturales en el Holoceno. Estos datos son generalmente desconocidos por la mayoría del público y su divulgación sintética es bienvenida.

En el preámbulo se presenta un aspecto integrante de la discusión de las culturas orientales: por un lado, se mencionan las tres tesis del desarrollo cultural andino, y amazónico en particular. 1- la del origen selvático de la cultura, con Tello y Lathrap como sus principales exponentes; 2- la de un origen alóctono con desarrollos venidos de la costa y de la sierra; y 3- la de la posibilidad de un origen endógeno de las sociedades complejas. Revisa igualmente la división tradicional de la historia antigua del Ecuador en tres periodos : Formativo, Desarrollo Regional e Integración y plantea una hipótesis alternativa para la evolución cultural de la Amazonía ecuatoriana. Esta propuesta se basa en los trabajos de Guffroy en la provincia de Loja (1987 y 2004) y de Valdez et al (2005) en Zamora Chinchipe, en los que se ve un proceso cultural en dos tiempos. Un primer momento que se caracteriza por un desarrollo cultural temprano, no el todo homogéneo, en el que interactúan la costa, la sierra y la ceja amazónica. En este periodo, la vertiente oriental de los Andes al norte del Marañón debió jugar el rol de eje cultural en un lapso que perdura hasta los siglos VI y VII d.C. A partir de entonces se constata la ruptura de las interacciones regionales, el ocaso de las tradiciones cerámicas anteriores y una recomposición sociocultural bien diferenciada de las corrientes andinas. En la parte sur de la amazonía ecuatoriana esto coincide con la llegada de poblaciones de lengua Jíbaro – Candoa, que se caracterizan por una tradición cerámica relativamente simple conocida como el corrugado. En este segundo periodo, aparece desde el siglo X el horizonte policromo, originario de la baja amazonía que se difunde a lo largo del Napo y eventualmente entra en contacto con las tradiciones Cosanga de la ceja andina.
En esta segunda etapa, de Saulieu sugiere que se forja la identidad amazónica que se conoce hasta hoy (p. 18-20). El autor admite que la hipótesis es aún imperfecta y muy especulativa, pues se basa en las evidencias obtenidas en los trabajos realizados en Loja y Zamora Chinchipe, pero asume que esto puede servir como una base interpretativa para la investigación futura. El merito de su trabajo es de sintetizar las temáticas (presencia del maíz temprano, iconografía de selva tropical, arquitectura formal compleja, etc.) que surgen de una revisión detallada de los pocos datos existentes.

Para abordar los materiales de la colección de la UPS, de Saulieu hace una presentación necesaria de la arqueología de Morona Santiago. El esfuerzo recapitulativo de la literatura existente brinda al lector la secuencia comentada de las fases culturales identificadas hasta la fecha: Los Tayos, Upano, Pastaza-Kamihun y Huapula. La secuencia cultural conocida va a servir de escenario para ubicar en el tiempo y en el espacio el conjunto de la colección que se cataloga y describe en el capítulo quinto de la obra. De hecho, de Saulieu vuelve a esquematizar las fases conocidas y a crear con ellas los dos periodos en los que va tratar de ubicar a los 321 objetos que componen la colección salesiana.
Al primer periodo lo ubica desde el Formativo hasta fines del llamado Desarrollo Regional (del 700 a.C al 700 d.C). Identifica sobre todo materiales pertenecientes a la fase Upano (Rostain 1999 a y b), y al conjunto Pastaza achurado zonal (Athens 1984 y 1986). Señala la existencia de botellas con asa puente que le recuerdan a las formas de Chorrera y Cotocollao, pero que han sido ya identificadas en la Amazonía por Morales como de la fase Chambira (Morales, 1992 y 1998).
El segundo periodo es asociado al horizonte corrugado que se ubicaría entre el 700 d.C y la segunda mitad del siglo XX. Para ello se toma el ejemplo de los materiales de Huapula que tienen inclusive material con pintura blanca sobre engobe rojo.

Una vez realizada la ubicación espacio temporal, el catalogo propiamente dicho ofrece al público la información que el museo dispone para cada objeto. La catalogación ha separado los materiales según su materia prima y su temática. Los fragmentos y los objetos enteros se ilustran con una escala métrica y se da su número de inventario. En casi todos los casos se da una descripción y breves anotaciones sobre el objeto. No obstante, la descripción es técnica y lamentablemente no se da un comentario sobre las temáticas iconográficas que aparecen en los materiales del conjunto Upano o de los otros que conforma la colección. Una síntesis de estos datos por temas o motivos hubiese sido un aporte mayor al catalogo. Es posible que el autor no quiso interferir con las interpretaciones o clasificaciones que de estos temas puedan hacer los investigadores que han trabajado originalmente en los sitios donde abunda este material, pero al hacer esto se restó valor a su esfuerzo recapitulativo. Lo mismo se puede decir de la presencia de torteros y sellos que tienen siempre un interés iconográfico. Se podría haber comparado los ejemplares de la colección salesiana con sus similares del Museo Wieldbauer, al que se hace referencia en otras partes del texto.

La conclusión es que el catálogo tiene el gran mérito de haber rescatado la memoria de la colección, sugiriendo los alcances de los posibles contextos culturales. Empero, al presentar a veces los datos demasiado “crudos” se priva al lector de la reflexión necesaria que merece la riqueza iconográfica de los temas que presentan los materiales. Este vacío se hace sentir ya que se trata de una zona marginal al conocimiento de la arqueología ecuatoriana, donde hay hambre por toda acotación ilustrada, como las que ciertamente pudo haber hecho el autor.
Entre otras cualidades del trabajo hay que recalcar la ilustración de los objetos que ponen al alcance del estudioso detalles de los materiales de la colección. Otro aspecto digno de encomio son los excelentes resúmenes en tres idiomas que ponen el contenido de la obra a la consideración de un público internacional amplio.

En definitiva, la síntesis de la arqueología de las provincias de Pastaza y Morona Santiago es un aporte importante para la actualización de los estudios de la Amazonía prehispánica. La excusa de la colección salesiana es la oportunidad de presentar la problemática que el autor se propuso comprender y resumir. Un trabajo semejante para las provincias de Orellana, Sucumbios y Napo sería más que bienvenida, pues a pesar de las ingentes sumas de dinero que han sido destinadas a estudios de impacto ambiental y al rescate de la información arqueológica, hasta la fecha no hay una sola síntesis de la región norte del oriente ecuatoriano, digna de ese nombre.

El texto de Lino Rampón, El sitio arqueológico Chiguaza F.P., es la publicación actualizada del informe de campo que presentó el autor en 1959, luego de realizar sus intervenciones en las misiones salesianas de la región amplia de Macas. La nota introductoria es altamente informativa sobre la época inicial de la arqueología moderna en el Ecuador, se destacan particularmente de las condiciones en que se realizó el trabajo. El repliegue histórico resulta notable porque los episodios que se narran son hasta ahora poco conocidos. Se destaca la participación de Pedro Armillas, arqueólogo mexicano de renombre, que vino al Ecuador traído por la UNESCO para ayudar a formar una pequeña camada de arqueólogos, entre los que ya consta el joven Hernán Crespo. Historiadores como Carlos Manuel Larrea y entusiastas como Ángel Bravo colaboraron y brindaron su apoyo desde la Casa de la Cultura, o la Academia de Historia. En realidad, en la década de los años 1950 la arqueología era un conocimiento balbuceante que se manejaba entre pocos iniciados. En este contexto, las labores del salesiano Rampón formaron parte del interés humanista que tenían los misioneros por conocer y valorar la importancia del folclor, de la lingüística y de la arqueología de los pueblos que habitaron las estribaciones amazónicas (p. 25).
La primera parte del texto puede ser descrito como un diario personal donde se narra la sucesión de hechos que llevaron a los sondeos realizados sobre el lecho pantanoso de un arroyo de vertiente: el sitio Chiguaza, Felipe Palomino.
La segunda se refiere al análisis del material, e incluye una buena tipología cerámica de los recipientes identificados y recreados. El catalogo de los motivos y técnicas decorativas es igualmente de un interés particular para los estudiosos de la arqueología regional. Si bien las descripciones son someras resultan ser suficientes ya que van acompañadas de buenos dibujos temáticos. El material ha sido bien catalogado y descrito, pero dado su carácter de pionero no hay que esperar un esfuerzo en la discusión del complejo simbólico tan evocativo de la ideología de la selva tropical. Por consecuente, las conclusiones en esa época tentativas hoy se ven ampliadas con los datos más recientes de la región del Upano. De la misma manera, dadas los escasos estudios arqueológicos que se habían realizado en ese entonces, las comparaciones son casi inexistentes. No obstante, Rampón acierta al reconocer muchas similitudes con el material procedente de Cañar que Collier y Murra habían descrito unos pocos años antes; concretamente, el famoso grupo X que ha sido ya bien identificado. La re-publicación de este texto, hoy casi perdido en la memoria de los tiempos, es ciertamente un aporte al conocimiento de la arqueología amazónica. Al igual que hace 48 años, la vela solitaria que encendió Rampón en su momento, hoy sigue siendo una luz el camino a la primera historia de la selva oriental.

Referencias:
Athens S., 1984, “Pumpuentsa: un sitio arqueológico cerca del río Macuma en el Oriente Ecuatoriano”, Miscelánea antropológica ecuatoriana, 4, pp.129-140.
Athens S., 1986, “The site of Pumpuentsa and the Pastaza phase in Southeastern lowland Ecuador”, Ñawpa Pacha, 24, pp.111-124.
Evans C., Meggers B., 1968, Archeological Investigations on the Rio Napo, Eastern Ecuador, Smithonian Institution Press, Washington.
Guffroy J., Almeida N., Lecoq P., Caillavet Ch., Duverneuil F., Emperaire L., Arnaud B., 1987, Loja préhispanique. Recherches archéologiques dans les Andes méridionales de l’Equateur, IFEA, Synthèse 27, Ed. sur les civilisations, Paris.
Guffroy J., 2004. Catamayo precolombino. Investigaciones arqueológicas en la provincia de Loja (Ecuador), Tome 164 des “Travaux de l’Institut Français d’Etudes Andines”, ed. IRD-IFEA-UTPL-BCE, Loja.
Morales Chocano D., 1992,”Chambira: Alfareros Tempranos de la Amazonía Peruana”, in Estudios de Arqueología Peruana, D. Bonavia ed. Lima, pp. 149-175.
Morales Chocano D., 1998, “Chambira : una cultura de sabana árida en la Amazonía peruana”, Investigaciones sociales, año 2, 2, pp.61-75.
Rampón L., 1959, “Sitio Arqueológico F.P.”, Cuadernos de Investigaciones Científicas, n˚1, Arqueología. Quito, Misiones Católicas de la Amazonía.
Rostain S., 1999-a, “Secuencia arqueológica en montículos del valle del Upano en la Amazonía ecuatoriana”, Bulletin de l’Institut Francais d’Etudes Andines, 28 (1), pp.53-89.
Rostain S., 1999-b, “Occupations humaines et fonction domestique de monticules préhistoriques d’Amazonie équatorienne”, Société suisse des américanistes, Bulletin 63, 1999, pp.71-95.
Last Updated on Wednesday, 16 September 2009 10:54
 

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