"Agua Blanca. Comunidad y Turismo en el Pacífico ecuatorial": es el título de la imponente obra (500 páginas) del antropólogo español Esteban Ruiz Ballesteros, publicada con el auspicio del Ministerio Coordinador de Patrimonio Natural y Cultural. En una entrevista realizada por el diario El Comercio, el autor explica algunos principos básicos del turismo comunitario tal como se los aplica en el poblado de Agua Blanca (provincia de Manabí).

Como su nombre lo indica, el turismo comunitario se caracteriza por ser organizado y mantenido por las propias comunidades. Esta iniciativa surgió en Agua Blanca al ser declarada la zona parte integrante del parque Nacional Machalilla, lo cual motivó a los comuneros a repensar su economía, pues el nuevo estatuto de zona protegida de su comunidad limitaba la extracción de los recursos que antes aseguraban su subsistencia.

Esta coyuntura coincidió con el trabajo de los arqueólogos Collin Mc Ewan y María Isabel Silva, quienes se encontraban precisamente realizando excavaciones en el área en esa época. Su trabajo contribuyó a una verdadera conscienciación del valor patrimonial del sitio, introduciendo así un paso fundamental en el implemento de políticas comunitarias de gestión de Agua Blanca por parte de sus moradores. El turismo comunitario se inscribe dentro de estas políticas, cuyo principal interés radica precisamente en que, al ser definidas por las propias comunidades, contribuyen a la vez a su funcionamiento y desarrollo sustentable.

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