Proyecto Cochasquí de Meyers sucita reacciones |
Written by Juan José Acosta Salazar |
Friday, 21 August 2009 06:46 |
There are no translations available at this moment. Thanks for your comprehension. CARTA ABIERTA: COLABORACIÓN INTERNACIONAL O NEOCOLONIALISMO CULTURAL
Con indignación y asombro he leído el informe de trabajo del alemán Albert Meyers de la Universidad de Bonn, sobre Cochasqui, el mismo que con un profundo desconocimiento y falta de rigurosidad académica, aborda el tema sobre el manejo técnico y científico de la conservación del sitio arqueológico y de su puesta en valor. Meyers con un enfoque eurocentrista, inicia su informe con errores en datos básicos como la distancia desde Quito al sitio, su ubicación exacta, altitud coordenadas y la cronología, a más de las faltas ortográficas y de la pésima redacción del informe, que nos indican la ligereza y poco respeto hacia los bienes culturales del país y al pueblo ecuatoriano en general, por parte de los “expertos extranjeros” que tratan de darnos haciendo las cosas, porque aún nos deben considerar subdesarrollados y atrasados, incapaces de manejar nuestros destinos y patrimonio, claro que este tipo de injerencias extranjeras son aplaudidas lamentablemente por los mismos felipillos y malinches que traicionaron sus raíces y sus orígenes vendiéndose al invasor desde el inicio de la conquista europea y al posterior genocidio y holocausto de los pueblos nativos americanos. Si bien no podemos negar el aporte de grandes investigadores alemanes como Max Ulhe 1933 y Udo Oberem 1964 en los estudios científicos realizados en Cochasqui, si debemos cuestionar el método del segundo en las fases de prospección arqueológica donde con un sistema extractivista de aplanamiento se causaron daños considerables en el conjunto arqueológico de Cochasqui, así como la sustracción de los elementos culturales y la demora en la entrega de sus apreciaciones. En este informe Meyers cita textualmente a Wurster: “Un aspecto importante en el contexto ritual y descartado por los excavadores (léase: neo huaqueros), es el significado astronómico-cosmológico. Por cierto, no parece probable una explicación de los conos de piedra en las cavidades como sistema de medir el tiempo si no para hacer libaciones rituales de líquidos y/o de fogatas rituales o simplemente para cocinar comidas o mantener un fuego”. De acuerdo a esta ridícula hipótesis se trata de desvirtuar el aporte de la ciencia y la tecnología de nuestras culturas ancestrales en la construcción de un calendario agrícola y un modo de producción andino, signos de un alto grado de desarrollo humano y de complejas estructuras sociales mantenidas por los Caras, el pueblo original que edifico las pirámides y túmulos funerarios, no sólo en Cochasqui sino en una extensa macro área donde existen similares patrones de construcción, un ejemplo de ello lo vemos en Zuleta, Socapamba, Urcuqui, Yaguarcocha, Pinsaqui, entre otras. Este concepto ilustra el menosprecio hacia nuestro legado histórico, nuestro patrimonio cultural y verdadera identidad, pero eso no es todo Meyers continua y nos dice: “Una puesta en valor de un sitio arqueológico hoy en día tiene más éxito cuando se encaja en los anhelos de una sociedad globalizada. Cochasquí p. ej. tiene el espíritu de los cacicazgos de la Costa, pero sin la soberbia de los de la costa peruana, una cultura material considerada pobre en el sentido occidental de arte”. Con estos parámetros y de acuerdo a las apreciaciones occidentaloides estéticas de Meyers, el Complejo Arqueológico Monumental de Cochasqui, no presenta mayores atractivos, con esta lógica globalizante y absurda, deberíamos contratar al pato donald y al ratón miguelito para volver al sitio interesante para el disfrute turístico. Al justificar el manejo inadecuado en la prospección arqueológica de Cochasqui, el investigador alemán en un claro espíritu de cuerpo literalmente dice: “Según el excavador J. Wentscher se dejaron abiertas algunos cortes de excavación para futuros reestudios por parte de arqueólogos nacionales”, deben considerar que nuestros profesionales no tienen la menor idea ni los recursos de cómo hacer una zanja de prospección y violando las normativas del manejo de bienes culturales emanada por la UNESCO en la Carta de Atenas, al no taparlos dejaron alteraciones irreversibles en Cochasqui. Para concluir con sus conceptos desvalorizantes y peyorativos sobre las actividades llevadas a cabo por los ecuatorianos en relación a Cochasqui, Meyers menciona infundadamente: “también la cafetería instalada enfrente del museo al otro lado de la carretera y construida encima de una tola semidestruida (según indicación local es propiedad del ex – director del parque arqueológico) ofreció sus servicios”.sic. Mi desinformado “experto extranjero” lo que se encuentra frente al complejo arqueológico de Cochasqui no es lo que usted escribe temerariamente, ni esta construida sobre ninguna tola derruida, lo que existe es el Centro Patrimonial Quilago, una reserva eco cultural de 14 hectáreas creada por el Arqueólogo e Historiador Lenin Ortiz en el año 2000, como zona de amortización del sitio arqueológico y de preservación de los ecosistemas nativos, manejada por la Corporación “PROCULTUR”, entidad especializada en la recuperación, manejo y puesta en valor social del patrimonio cultural ecuatoriano, vinculándolo a temas productivos como el turismo comunitario. Lenin Ortiz falleció el mes de julio del presente año, antes de morir concluyo su obra “Cochasqui, el agua del frente de la mitad”, libro que por su calidad de contenido e ilustraciones tuvo gran acogida y favorables comentarios en su lanzamiento, rogaría al Investigador alemán Meyers que se informe bien acerca del tema Cochasqui y nuestra milenaria historia antes de emitir los pobres conceptos enunciados en su informe, los mismos que considero atentatorios contra la real preservación y puesta en valor de nuestro Patrimonio Cultural Tangible e Intangible. Por último quiero señalar que no se puede permitir un manejo empírico e improvisado del Programa Cochasqui que lesione e irrespete nuestro patrimonio nacional, como el propuesto por Albert Meyer al Concejo Provincial de Pichincha, actual custodio del bien y que por ser Cochasqui parte de nuestro Patrimonio Nacional, es responsabilidad de todos los ecuatorianos su preservación, la Corporación “PROCULTUR” a constituido una VEEDURIA CIUDADANA, amparada en la Constitución Ecuatoriana, para analizar las diferentes iniciativas para la Puesta en Valor Social del Complejo Arqueológico Monumental de Cochasqui que actualmente el organismo provincial viene analizando, con el fin de que no se atente contra el Patrimonio Nacional ni que se permitan injerencias extranjeras que desvaloricen nuestros procesos históricos y nuestra Identidad Pluricultural y Multiétnica y Megadiversa. Basta ya de la dependencia y neocolonizaje cultural, basta ya de injerencias extranjeras en desmedro de nuestros orígenes, como decía Lenin Ortiz “Un pueblo sin pasado, es un pueblo fácilmente explotado y dominado”, es hora ya que seamos nosotros quienes forjemos nuestra verdadera memoria histórica y recuperemos nuestras raíces. Por el respeto y preservación de los sitios arqueológicos, históricos y culturales de los Pueblos y Nacionalidades del Ecuador y en contra de la globalización y la uniformidad del pensamiento. ATENTAMENTE Juan José Acosta Salazar ECUATORIANO C.I: 010179561-5 Si esta carta suscita una posible discusión entre los interesados, abrimos un foros sobre el Plan de manejo de Cochasquí. |
Last Updated on Monday, 05 October 2009 16:14 |
Comments
El sitio de Cochasquí fue sin lugar a dudas un centro ceremonial y político a escala regional pero no se advierten evidencias materiales ni del festejo del solsticio ni del equinoccio como cuenta el guía, tampoco se puede ver como afirma el guía a la Constelación del Escorpión en una de las plataformas, ni pudimos escuchar lo de la resonancia del sitio al hablar en lenguas nativas... !!!!
Probablemente el guía carece de educación formal o universitaria, jamás ha leído un informe arqueológico del sitio, el guía afirma que el Padre Pedro Porras es el actual director de las escuelas de historia, antropología y arqueología de la PUCE (????!!!) y por ello, la pregunta es quién o quienes le instruyen a los guías en semejantes disparates????
Ulhe, Oberem y Meyers, los verdaderos investigadores de Cochasquí no informan sobre los cuerpos celestes en el sitio sino de las evidencias materiales en la tierra que quedaron de varias ocupaciones del pasado. Prefiero guardarme los comentarios sobre la publicación post-mortem de Ortíz. Pero les comento que esta situación es sencillamente vergonzosa porque los visitantes del sitio se llevan un idea totalmente equivocada de lo que fue Cochasquí y hay más de uno que también siente lástima por la calidad de la guía.
El manejo de Cochasquí podría ser turístico cuando se contraten administradores y guías que digan la verdad sobre las investigaciones del sitio. El manejo de Cochasquí tiene que cambiar y primero, continuar con las investigaciones en el sitio, frenar esta tendencia New Age y luego, EDUCAR a los guías o contratar guías educados para el bienestar público y del patrimonio local (inmaterial y material). El turismo arqueológico debe ser serio y hay quienes prefieren lo informal.
Arqueo Perú, revista ANTIPODAS.
Lo que opinan en Perú respecto a Meyers.
“La propuesta de Albert Meyers de repensar la historia inca a partir de la arqueología, se basa en la comparación de Cochasquí y Samaipata, sitios inca ubicados en los confines norte y suroriental del Tawantinsuyu, en la interpretación de la sucesión de estratos de remodelación asociados a la ocupación inca y, en especial, en las evidencias de planes de construcción “malintencionados”, pensados para alterar radicalmente espacios ceremoniales anteriores. En línea con el trabajo de Meyers, María de los Angeles Muñoz describe la kallanka de Samaipata y discute las implicancias de la distribución de los huecos de poste para reconstruir la forma del techo. A la vez que hace uso de la analogía etnográfica para sustentar una relación con el oriente a partir de este rasgo arquitectónico, interpreta las diferentes fases de ocupación en términos de las fuentes históricas. Meyers, en cambio, deja de lado de manera consistente las fuentes históricas, los fechados directos y las analogías”.
Fuente: Título:Variations in the Expression of Inka Power: a symposium held at Dumbarton Oaks. Richar L. Burger, Craig Morris y Ramiro Matos (2007)
Autor: Revista No 08
Tema: Antropología del espacio, etnografías del paisaje y del lugar
Julio - Diciembre 2008
Páginas: 307 – 312
¿A propósito desde cuando Cochasqui es un sitio inca?
Juan José Acosta Salazar
Ecuatoriano
010179561-5
1) El trabajo de asesoramiento a la conservación y puesta en valor de Cochasquí fue realizado el año pasado en base de un convenio entre el Gobierno de la Provincia de Pichincha y la Embajada Alemana. La preocupación principal fue encontrar una respuesta al proceso de erosión del barro cocido en las plataformas y de los bloques de cangahua que forman el cuerpo de las pirámides.
2) Mi informe de trabajo de junio de 2008 contiene una relación del estado actual de conocimiento así como algunas recomendaciones en cuanto a futuras medidas para la conservación y puesta en valor del sitio. Los colegas y otras personas interesadas pueden solicitarlo escribiéndome a la siguiente dirección:
a.meyersuni-bonn.de
La identificación con el patrimonio cultural e histórico siempre es un proceso doloroso y polémico porque cada individuo y/o entidad social tiene una manera especial y muchas veces diferente e incluso divergente de su apropiamiento y, en este sentido, creo que habría que entender el tono de la carta abierta.
Albert Meyers