La formación de arqueólogos en el país es prácticamente inexistente. Los pocos profesionales que se forman en la Universidad Católica del Ecuador (PUCE) son antropólogos titulados con una mención en arqueología. A pesar de la formación teórica de calidad que reciben, su experiencia en la práctica es muy limitada por la falta de proyectos arqueológicos que acojan a los estudiantes para la formación de campo. Esta realidad contrasta marcadamente con la de los países vecinos, donde la arqueología es una disciplina (histórica, antropológica) que tiene trascendencia en la sociedad. En el Ecuador, el campo profesional debería ser amplio, pues la ley obliga a que todo movimiento de tierras tenga el control de un arqueólogo profesional, sin embargo en la práctica muy pocas empresas cumplen con las regulaciones, o simplemente contratan a personas no calificadas para realizar los llamados estudios de impacto ambiental, en los que la arqueología está incluida como un componente más. Un interesante artículo de prensa discute estas problemáticas.

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