El día martes se dividió en dos etapas: mientras que la mañana fue dedicada a las ponencias de investigadores y arqueólogos profesionales, en la tarde fueron los estudiantes quienes dieron a conocer sus proyectos. Se resaltó la validez del aporte estudiantil dentro del marco de apertura de un diálogo entre alumnos y profesionales.
Geoffroy de Saulieu inauguró las intervenciones de la mañana con una reflexión acerca de la necesidad de redefinir conceptos antropológicos comúnmente utilizados en la arqueología, pero de forma muy vaga, tales como el de cacicazgo. De Saulieu basó su propuesta en torno a dos autores específicos, a saber, Philippe Descola y Alain Testart. Recalcó que así como la arqueología necesita de la antropología, la relación inversa es también una realidad. El aporte del ponente fue cuestionado en la ronda de preguntas, especialmente por los defensores de la escuela arqueológica estadounidense.
Por su parte, Galo Ramón abordó la temática de la interdisciplinariedad en arqueología desde el punto de vista de la historia. Luego de un recorrido de las diferentes visiones de la arqueología tales como la plantearon los sucesivos historiadores que conoció el país, Ramón recalcó que la interdisciplinariedad debe pasar por una búsqueda de nuevos enfoques derivados de otras disciplinas: de hecho, durante mucho tiempo, la historia tradicional ha negado cualquier tipo de historicidad a los pueblos precolombinos.
Posteriormente, Rosalba Chacón expuso los primeros resultados del trabajo que está realizando en Rumicucho junto a Fernando Mejía. Hasta el momento, las investigaciones revelaron que Rumicucho no parece haber sido una fortaleza, sino más bien un punto de control estratégico durante el proceso de conquista del norte del Ecuador por parte de los Incas, y luego, un simple punto de tránsito hacia la zona septentrional del país.
La mañana concluyó con la ponencia de Fernando Astudillo acerca de sus estudios arqueoobotánicos en la zona pasto. Sus primeras conclusiones al respecto establecen que la evidencia de patios hundidos, camellones y canales de riego en el área, dan cuenta de una actividad agrícola intensiva, la cual deja suponer una organización social compleja en torno a la misma, aspecto que fue cuestionado en la fase de preguntas. Si bien el maíz (Zea mays) y el fréjol (Phaseolus vulgaris) predominan actualmente en el registro botánico encontrado, se espera que estudios posteriores pongan de manifiesto la presencia de otras especies que puedan esclarecer la vocación comercial de la cultura pasto.
La jornada reinició en la tarde, esta vez con las intervenciones de los estudiantes. Las dos primeras consistieron en la exposición de los talleres de arqueología realizados actualmente por los alumnos de arqueología de la PUCE.
El primer proyecto, llevado a cabo por Andrea Yánez y Catherine Lara (VIto Nivel), presentó los primeros resultados de la investigación etnohistórica y de la exploración de las ruinas del Valle del Río Cuyes (zona limítrofe entre Zamora-Chinchipe y Morona-Santiago). Al parecer, estas ruinas podrían corresponder a ocupaciones incas o cañaris, y enmarcarse dentro de una dinámica política o comercial que futuras investigaciones en el marco del taller se proponen intentar esclarecer.
María-Patricia Ordóñez y Esteban Acosta (VIIIvo Nivel), expusieron luego las primeras conclusiones de su estudio “Etnoarqueología de una peregrinación”, el cual se propone definir un modelo del posible patrón arqueológico que se podría esperar encontrar en sitios de peregrinación. La búsqueda de este modelo fue realizada a partir de investigaciones etnográficas llevadas a cabo en torno a las peregrinaciones del Cisne y del Quinche.
Fuera del ámbito de los talleres, Julio Mena, Óscar Cajas (estudiantes de la PUCE), y Angust Lial (Columbia University), dieron a conocer los primeros hallazgos de su exploración del camino precolombino que va desde Quitoloma hacia Oyacachi. Al parecer, la región de Pambamarca consta de una amplia red de caminos, la cual no ha sido reconstituida todavía, pero sugiere una serie de contactos entre Sierra y Amazonía, -aspecto particularmente relevante dentro del estudio del tema-, así como la configuración de una red de conquista estratégica desplegada por los Incas en relación a las numerosas fortalezas reportadas en la zona.
Por último, Daniela Balanzátegui, María-Patricia Ordóñez y Catherine Lara, las tres estudiantes involucradas en el comité de dirección de esta página web, hablaron acerca de su experiencia en el sitio. Luego de recordar la organización del mismo y sus papeles respectivos dentro de su desarrollo, resaltaron los diferentes aportes que el portal significa para ellas, tanto a nivel de su preparación como futuras profesionales, como dentro del ámbito de su experiencia personal. Se invitó además al público a participar en el sitio, ya sea como visitante, ya sea como miembro del comité de dirección.
Esta última presentación fue puntualizada por la sorpresiva intervención del Sr. Cristóbal Cobo, quien acusó al portal de ser cómplice de una difamación en su contra (ver el artículo “Catequilla”, in Apachita 8, sección Revistas). Razón por la cual se invitó amablemente al Sr. Cobo a defenderse “en línea”, al ingresar al apartado “Comentarios” del artículo en cuestión.
El día viernes fue consagrado al tema de marginalidad y patrimonio. El primer expositor, Fernando Mejía, (arqueólogo), se refirió más específicamente a la necesidad de desarrollar una arqueología responsable, por lo cual se justifica la importancia de contribuir al desarrollo de las instituciones encargadas de velar por los sitios arqueológicos. Esta responsabilidad responde también a la tarea del arqueólogo de difundir y preservar el patrimonio arqueológico, de cara a la definición de la identidad de las comunidades que actualmente ocupan los lugares en cuestión.
Por su parte, Margarita Miró (Instituto Iberoamericano de Patrimonio Natural y Cultural), subrayó que la marginalidad en América comenzó con la conquista europea; no obstante, el pasado precolombino cuenta con una riqueza invalorable en diversos aspectos de la cultura, por lo cual es fundamental rescatarlo y reintegrarlo a la realidad americana actual.
Posteriormente, Carlos Landázuri, Director del Área Cultural del Banco Central, se refirió al génesis y desarrollo de esta sección, recalcando que su fondo material es patrimonio de todos los Ecuatorianos, aspecto que fue debatido durante la ronda de preguntas, en que se denunció lo abstracto que esta afirmación puede parecer, especialmente frente al estado lamentable de museos de sitio tales como el de la Tolita. Landázuri se refirió de paso al polémico origen de la famosa máscara que representa ahora a su institución.
En último término, la presentación de Natalia Sierra, centrada exclusivamente en el tema de la marginalidad, recordó, de cierta manera, que si bien es importante buscar rescatar el patrimonio material, no hay que olvidar el componente humano actualmente excluido.
En conclusión, cabe resaltar que estas jornadas fueron un aporte más a la comunicación entre investigadores profesionales y estudiantes, así como un reflejo a mínima escala del dinamismo de la actividad arqueológica y académica del país. Lástima que la falta de cooperación y la organización de eventos llevados a cabo paralelamente no permitieron a más personas beneficiarse de los aportes de estos dos días.