Un viejo adagio dice … Lo que no se publica, no existe… En las ciencias este dicho tiene un corolario drástico para los investigadores... Publica o Perece. Esto traduce simplemente la necesidad humana de comunicarse, de intercambiar opiniones y de transmitir a los demás algún tipo de conocimiento que debe ser compartido. El tema de las publicaciones en arqueología es tratado esta semana en la columna dominical, sobre cultura, del diario El Comercio. Al pasar revista del material que se puede encontrar en las librerías del país, el artículo menciona algunos tipos de publicaciones : las generales, o “guías” para el estudiante; las especializadas, que circulan entre los investigadores y las que tienen una inclinación al enfoque de la Historia del Arte, que atraen a un público general culto y más bien adinerado. En realidad, todas estas publicaciones tienden a la divulgación científica de una temática que debería interesar al público en general y, sobre todo, al público pensante. Pensante en que la vida no sólo es sobrevivir, ver televisión o festejar el san viernes. No obstante, para que la gente pueda leer, es necesario que los que hacen arqueología escriban, publiquen, divulguen sus conocimientos y experiencias. De lo contrario, no cumplen su función social, no justifican el gasto de los fondos (públicos o privados) que se destinan al estudio de las culturas del pasado. En los tiempos actuales, las publicaciones se hacen también “en línea”, a través de los medios electrónicos, pues éstos permiten alcanzar un número infinitamente mayor de lectores potenciales. Este portal es uno de esos medios, por lo que renovamos constantemente la invitación a que los colegas escriban y cumplan su función social. Al cabo, aquí no se les cobra nada...

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