Con mucha sorpresa he leído que tomando el nombre de un tal señor Carlos
Ruales usted manifiesta que ha tenido mucha tristeza de visitar mi casa, por
haber observado una cantidad de retablos, esculturas, imágenes
coloniales de mi colección y de lo cual estoy muy orgulloso de haber reunido
esta colección a partir de haber heredado unas pocas piezas que
pertenecieron a mis bisabuelos. En primer lugar usted exagera
maliciosamente que tengo una "cantidad de retablos". Tengo un pequeño altar
es verdad, muy bello como todas las piezas que están a disposición del
público visitante tanto extranjeros como nacionales, ya que he creído que
sería muy egoista de mi parte poseer esta colección exclusivamente para
disfrute personal mío o de mi familia.
En efecto tengo muchos visitantes extranjeros especialmente en estos tiempos
de Europa y de Australia, los mismos que quedan gratamente impresionados y
sumamente agradecidos por haberles mostrado esta importante colección de
arte ecuatoriano, que obviamente refleja la cultura y la historia de nuestro
pueblo.
Usted manifiesta a renglón seguido que "como hacia el pintor para adquirir
cosas tan grandes e importantes, la pregunta fue casi una grosería para
ellos pero la misma no fue contestada", dice usted. A pesar de que no tengo
ninguna obligación de contestar ciertas preguntas que no vienen al caso, me
permito informarle, que parece ser un hombre bastante ignorante, en
la ciudad hay varias tiendas de antiguedades que las conozco desde hace más
de 40 años. Estas tiendas las hay en todas partes del mundo y creo yo que no
he cometido ningun delito al haber adquirido legalmente las piezas de mi
colección y para que usted se entristezca más, están debidamente
inventariadas y que este inventario fue hecho hace algunos años por el
Instituto de Patrimonio Cultural y hace pocos meses le entregué al
mencionado Instituto un inventario más completo y detallado como es de mi
obligación.
De donde saca usted que las piezas de mi colección pertenecían a iglesias
que usted maliciosamente lo manifiesta para sugerir que yo las he sacado de
las iglesias. Usted se está exponiendo a que yo le enjuicie penalmente por
tomarse las atribuciones maliciosas que usted las hace en su escrito.
Mientras muchos visitantes extranjeros y de Universidades de Quito, vienen a
conocer tanto la colección en mi Casa-Museo como a visitar mi taller en
donde trabajo todos los días y por lo tanto tengo una producción enorme que
ha sido expuesta con magníficos comentarios y críticas tanto en el país
como en museos importantes de América y de Europa.
Me da mucha tristeza, a mi si, saber que hay una persona que no se atreve a
dar la cara por cobardía, porque todo lo que usted manifiesta en su
infundio, me gustaría que viniera a decírmelo frente a frente.
Resumiendo solo puedo concluir que usted a más de ser cobarde, es ignorante
y de baja ralea. A mi si me da mucha pena tener que haber gastado mi tiempo
en contestarle, y lo hago en primer lugar por mi persona y luego por mi
yerno Daniel Klein que es una persona absolutamente honesta e intachable.
La referencia maliciosa y también repugnante que usted hace sobre el señor
Mario Rivadeneira Traversari e Ivan Cruz Cevallos demuestran también su
maledicencia y envidia. Cuando usted se de cuenta de que todas las personas
antes mencionadas son absolutamente honorables y a quienes hay que
respetarlas porque no han hecho nada fraudulento como usted lo afirma.
Ellos serán quienes le contesten a usted si lo creen conveniente aun cuando
como le dije anteriormente, usted y su estatura moral no se lo merece.

Oswaldo Viteri