En días pasados sostuvimos una conversación informal con Antonio Preciado, titular del primer Ministerio de Cultura en el Ecuador. A continuación se detallan algunos conceptos que ilustran el pensamiento del titular de la cartera.

Sr. Ministro en la comunidad hay el sentimiento de que el gobierno se está demorando en mostrar la cara por la cultura, a pesar de haber creado el primer ministerio del ramo.

Hay grupos que hacen cultura, que se reúnen para discutir sobre lo que debe ser el accionar cultural. Estos pretenden cuestionar la creación del Ministerio de Cultura, por una supuesta ausencia de políticas culturales, tienen de hecho una actitud contestataria, apriorística, puesto que dicen que no se les toma en cuenta…. afirman que se vienen reuniendo ya dos años para sacar un documento, que a mi manera de ver son propuestas que en la practica no están completas.

Sin embargo, crear un ministerio no es un acto que se da por decreto, es una construcción lenta que va desde su forma física, hasta su fondo conceptual que son las políticas culturales…

Hay que darle a la cultura su importancia, pues ésta tiene un carácter transversal, hay que dar una imagen a la política cultural del país, que se patentiza desde el espacio físico del Ministerio. El pueblo es sabio y tiene un dicho … Como te ven, te tratan … por ello se está trabajando en la adjudicación de un edificio que sea un símbolo, pero que sea funcional, con espacios para auditorios, exposiciones, etc.

Se busca horizontalizar la acción cultural de manera que llegue a los estratos populares, para tener al pueblo como el actor principal de la trama cultural. Partiendo de allí, pensamos hacer un trabajo comunitario, sin descuidar los actos tradicionales como el teatro, la ópera… pero lo fundamental es comprometer al pueblo para que tenga una participación activa en la construcción de las políticas culturales, allí está su legitimidad, para que no se diga que éstas nacieron entre gallos y media noche. Deberán tener además veedurías populares que tengan la potestad de ejercer un control sobre lo que se hace.

Con la participación de los actores titulares, se va convocar próximamente a un gran dialogo nacional con un lema que lleva un mensaje…

Dales la palabra del pueblo, los intelectuales que la interpreten y a los artistas que le hagan florecer para que juntos podamos estructurar el Plan Nacional de Cultura

Haciendo uso de los medios electrónicos se pueden receptar los aportes en las direcciones provinciales, allí se pueden organizar foros con entera libertad y de allí saldrán muchas ideas. Habrá entonces que articularlas en un mismo formato (una suerte de ficha) que facilite su procesamiento. Luego, mediante convenios se pedirá la participación de la UNESCO u otras organizaciones internacionales, y con su aporte técnico se podrá procesar rápidamente esta información. Así se garantiza la participación masiva de la ciudadanía y de toda la nación. Vendrá de todo en esto, pero en el fondo será la voz positiva del pueblo que nos guíe.

Es verdad que han habido problemas en el presupuesto para las operaciones normales y por ello hemos tenido que redimensionar la agenda de trabajo para el 2007. Sin etiquetas se quiere hacer que el ministerio se vuelva un elemento político, que llegue al pueblo y lo convierta en un actor cultural.

A grosso modo así estamos, ya tenemos la estructura orgánica, tenemos una dirección nacional y están planeadas las direcciones provinciales, todo está articulado. Tenemos ya aprobada la creación de sendas direcciones para cada temática cultural: la literatura, las artes visuales, la música, etc. El vicepresidente de la República coordina las políticas que nos atañen, él ha demostrado su sensibilidad por la cultura y quiere llegar a una solución ecuánime.

¿Sr. Ministro, cómo considerar al Patrimonio Cultural dentro de un país multiétnico y pluricultural?

Partiendo de que la cultura supone la forma de ser de un pueblo, asentado en un determinado territorio, todos sus asimientos, sus realizaciones materiales, espirituales, sus instituciones, sus creencias, sus usos y sus escalas de valores. El Patrimonio es precisamente todo lo que corresponde a ese pueblo. Todo lo que ha hecho en el pasado, por que el pueblo que vive en el presente, viene desde atrás, viene desde el pasado y tiene que reconocerse en esos antecedentes.

La cultura tiene un carácter dinámico, no es estacionaria. Se resuelve en una síntesis dialéctica de estabilidad y dinamismo, por eso en el Patrimonio Cultural, lo arqueológico no tiene un valor solamente retrospectivo, sino que es incidente en el momento actual que vivimos. Es una gravitación de afirmación identitaria y consecuentemente se proyecta hacia el futuro, junto con las realizaciones que incesantemente se van tejiendo en la red cultural que todo pueblo elabora a lo largo de su vida.

El Patrimonio no solamente debe mantenerse guardado, tiene que ser abierto y crearse públicos y guías especiales. Hay que mejorar su difusión para que juegue el papel de afirmación identitaria que requiere nuestro pueblo. Hay que cambiar el concepto de tolerancia cultural que es asimilacionista, ofensivo y grosero, por un concepto de inclusión con equidad de identidades, donde participan todos los ciudadanos y se promueve la conciencia de pertenencia al país. Siendo congruentes con ese país, donde todos nos reconozcamos con el otro, pero con el otro que es parte de nosotros mismos. Esto ocurre cuando se asume la consciencia de pertenencia a todo ese pasado, a este presente y al futuro que se viene construyendo.

El patrimonio tiene que ser un elemento activo, donde la confluencia de todos los actores esté produciendo la cultura. Porque la cultura es esa memoria que se construye en el accionar de los pueblos. La memoria no es solamente un archivo. La visión de patrimonio es la noción de memoria viva y eso es lo que queremos. En el manejo del patrimonio se ha enfatizado la importancia de la conservación, pero la difusión y la investigación son fundamentales para la afirmación identitaria.