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L'ostensoir de Riobamba en 1765 PDF Imprimer Envoyer
Écrit par Ernesto Salazar   
Mercredi, 31 Octobre 2007 12:41

Face au fait déplorable du vol de l'ostensoir de Riobamba, que nous regrettons tous, voici l'occasion de faire connaître à nos lecteurs un épisode historique, le plus ancien peut-être, qui présente le fameux ostensoir lors de la procession du Corpus Christi de la ville en question. L'événement fut recueilli par le frère Juan de Santa Gertrudis dans son oeuvre "Maravillas de la Naturaleza", écrite vers 1775 et publiée pour la première fois en 1956 dans la série de la Bibliothèque de la Présidence de la République (Colombie). Le chanoine franciscain était originaire de Palma de Mallorque, et voyagea en Colombie en 1756, avec un groupe de collègues de renom, aux missions du Putumayo. Personnage pittoresque et entreprenant, frère Santa Gertrudis consigna dans son oeuvre les nouvelles les plus variées de la Colombie en général, et de son territoire missionnaire en particulier, en incluant des anecdotes, des classements raciaux, des négoces divers (acheteur de bétail, soigneur, etc.), des observations éthnographiques et archéologiques, des conquêtes spirituelles en terre infidèle... Un vrai "beau-parleur", à Tunja, il fit un sermon avec tant de véhémence, que les fidèles sortirent de l'église épouvantés, fuyant les démons invoqués par le chanoine. Du moins, c'est ce qu'il raconte. Fère Santa Gertrudis retourna en Espagne en passant par Lima, et l'on pense qu'au cours de ce voyage, il serait passé par Riobamba, vers 1765.

Corpus Christi en Riobamba

Ya que vino el día del Corpus. se entapizaron todas las calles y la plaza por donde había de pasar la procesión con damascos, varias cortinas y muchísimos ponchos bordados; y a trechos proporcionados varias historias de pintura muy fina. Compusiéronse seis altares en el círculo de la procesión, todos llenos de muchas alhajas de plata. Estrenóse este día un carro triunfal, que tenía siete varas de largo con cuatro arrugas, y ruedas y carro todo era de plata. Dijeron que pesaba 18 quintales. En él iba la custodia que era toda de oro, tachonada de diamantes, y tenia ella sola de costo 80.000 pesos. No he visto jamás alhaja más rica. Bajo de la carroza iban varios indios arrempujando, y por delante iban tirándola con dos cordones de seda 24 sacerdotes revestidos de ricos ornamentos. Había buena música, y en cada altar, al tiempo que se adoraba al Señor y se incensaba, se cantaba un villancico hecho al propósito.

Aquí hay que suponer que la octava del Corpus es la fiesta principal que celebran los indios, de que hablaré a su tiempo. En las ciudades que hacen cabeza de provincia, para el día del Corpus concurren de cada pueblo circunvecino doce indios vestidos de danzantes y matachines, y otro con su flauta y tamboril. Se visten sobre camisa fina un tonelito a modo de estafeta, y una chupa franjeada. Las piernas vestidas de borzaquín sembradas de cascabeles; la cara con mascarilla, y la cabeza adornada de una montera con varios espejitos ensartados entre cintas y encajes fruncidos. Y detrás de la melena, colgadas hasta la pantorrilla, varias cintas labradas y de tela de a tres a cuatro dedos de ancho, y en esto echan el mayor rumbo, y cada cual en la mano lleva un palo de a tres cuartas con una buena porra, todo labrado y sobredorado con panes de plata y oro entre diversos colores.

Ellos entran a danzar su danza, según la antelación que tiene un pueblo al otro, y en esto suele haber entre ellos varias disensiones, y en acabando la procesión, arman sus chamusquinas y peleas, y como se dan palos con las porras, suelen muchos salir con la cabeza descalabrada. Y como guardan la venganza de un año para otro, suelen muchos parar a la cárcel. Este día en Riobamba habría más de doscientos danzantes y matachines, y estos iban entremetidos en el cuerpo de la procesión, danzando siempre todos sin parar, y dando la vuelta, remudándose de puesto unos con otros. Con tanta flauta, tamboril y cascabel con el bullicio de la danza, nada se oía del himno que se cantaba, ni casi de los villancicos.

Tomado de “Maravillas de la Naturaleza”, tomo 4:143-144. Biblioteca Banco Popular, 1970, Bogotá.

Mise à jour le Jeudi, 17 Septembre 2009 08:22
 

Commentaires  

 
#1 Sobre la custodia de RiobambaRuth Lara 18-02-2008 11:34
Desde hace algún tiempo he dedicado mi investigación a la ciudad de Riobamba (la antigua y la actual). Sin embargo, no he hallado detalles a profundidad de la utilización de la Custodia en la antigua ciudad, es por ello que, antes que nada debo agradecer la publicación de este artículo y comentar que, la memoria histórica de Riobamba prácticamente ha desaparecido, por lo cual siento que la ciudad y la ciudadanía requiere de la recuperación y el conocimiento de los aspectos cotidianos de la centenaria Riobamba. Reitero mi agradecimiento por la publicación antes señalada porque constituye un medio para recuperar aquellos elementos olvidados en las páginas de la historia.
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